sábado, 4 de febrero de 2012

Razones


No estoy fácil, no. No estoy dócil, no.
No estoy cordial ni sensato, no tengo ninguna razón para estarlo.
No estoy calmo, no. No estoy sobrio, no.
No estoy alegre, bien claro, no tengo ninguna razón para estarlo.

Que voy a estar dócil, si vino un imbécil a hacerme difícil una noche fácil.
Se piensa que es ágil, pero es medio fósil y obviarlo es inútil justo que estoy frágil.
Sé que soy débil y medio volátil y que, como un pujil, mi lucha es estéril.
Que venga un inútil, a hacerse el versátil, me deja inmóvil como el Doctor Jekyll.

Voy a estar dúctil, si cuenta tan grácil que va a en su automóvil fumando un Dunnhill.
Y que tuvo un par de problemas en Nashville, uno eréctil y otro bursátil.
No le anda el portátil, para enviar un e-mail, jugar al Play movil, leer un faximil.
Y mi mente fértil, cuestiona muy hábil y es disímil de vida tan inverosímil.

No estoy fácil, no. No estoy dócil, no.
No estoy cordial ni sensato, no tengo ninguna razón para estarlo.
No estoy calmo, no. No estoy sobrio, no.
No estoy alegre, bien claro, no tengo ninguna razón para estarlo.

Que voy a estar sobrio, si todo es tan turbio. Prefiero estar ebrio y sin equilibrio.
Como dice el proverbio, allá en mi suburbio: “perdí mi manubrio, pero no masco vidrio”.
El futuro es sombrío y soy puro nervio. Parezco un disturbio entre un bosnio y un serbio.
Lo digo con brío, pero sin resabio, que todo es un bodrio, sin pecar de soberbio.

Que voy a estar calmo, no voy palmo a palmo y siempre le pido peras al olmo.
A veces reclamo y no me reprimo, si en mi casa hay un grumo, ya sería el colmo.
Este tramo de trama yo no lo filmo y si hay uno lo imprimo en la cabeza de un yelmo.
Esto no es una promo y ya estoy al extremo de rezar como un plomo un santo a San Telmo.

No estoy fácil, no. No estoy dócil, no.
No estoy cordial ni sensato, no tengo ninguna razón para estarlo.
No estoy calmo, no. No estoy sobrio, no.
No estoy alegre, bien claro, no tengo ninguna razón para estarlo.

Que voy a estar claro, si todo es tan duro y aunque ya ni lloro, a veces suspiro.
Y como un bolillero puede ser certero, entre tanto entrevero poder dar un giro.
Será pasajero, este clima tan raro? Porque en el apuro nada es duradero
y mis días que eran de oro y zafiro, ahora son un tesoro yendo al sumidero.

Sé que no quiero seguir en lo obscuro ni del futuro quedar al amparo,
igual que un vampiro frente a un justiciero o un carcelero en seguro de paro.
Y a pesar que es impuro este juego grosero, no le disparo ni me retiro.
No soy un cordero a matar con cianuro. Soy un guerrero y todavía respiro!!!

No estoy fácil, no. No estoy dócil, no.
No estoy cordial ni sensato, no tengo ninguna razón para estarlo.
No estoy calmo, no. No estoy sobrio, no.
No estoy alegre, bien claro, no tengo ninguna razón para estarlo.
 
Que voy a estar sobrio si todo esta.....
(El Cuarteto de Nos) 
 

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